Si hay un maridaje que seguramente nos cueste encajar es que une al vino y a la tecnología. Tal vez nos cueste asimilar que ambos mundos se unan para dar lugar a vinos de mayor calidad. Lo más probable es que la mayoría de los consumidores de vino no se planteen que pueda darse esta combinación, pues la imagen mental que tenemos del vino es la de la vendimia y su forma ancestral y primitiva de obtener el caldo de la uva. Pisada a pisada, el mosto salía de la barrica en la que se depositaban las uvas vendimiadas. La imagen resulta más un festejo que una extraordinaria labor.
En este mundo moderno y actual, poco queda de aquellas vendimias. La inmensa mayoría, conocemos el proceso por los libros de texto o las películas, todo sea dicho. Nos sucede algo similar a lo que nos ocurre con la leche, no sale de la ubre de la vaca sino del brick de la nevera. El vino sale de su botella y sí, es resultado de una fermentación llevada a cabo con el mosto de la uva. Poco más conocemos al respecto, al menos los comunes mortales. Para los amantes del vino, la historia, es otra.
Sin embargo, en este artículo no vamos a debatir sobre la procedencia del vino. Tras consultar con los profesionales del sector de Boada, expertos en maquinaria para la elaboración de vinos, sidras y zumo, entre otros, hemos sentido curiosidad por este peculiar maridaje: vino y tecnología. Sobre ello vamos a hablar a continuación para conocer un poco más sobre el apasionante mundo del vino y como la tecnología, contribuye a su excelencia.
Para el progreso humano y la evolución de la que tanto nos vanagloriamos aunque a veces, parezcamos más bien neandertales, cinco han sido los momentos clave que han constituido pasos de gigante: cinco revoluciones como la Neolítica, la Primera y la Segunda Revolución Industrial y la presente Revolución Científico-Tecnológica. Los más adelantados y vanguardistas ya se plantean la sexta revolución que va a suponer la biotecnología. Esta última con extraordinarios avances en campos como la salud, mediante la biología molecular.
Esto solo quiere decir que, la tecnología está presente en todos y cada uno de los sectores y aspectos de nuestra vida. Los conceptos business intelligence, cloud computing o big data, están presentes en todos los mercados y sectores. El mundo del vino, no iba a ser una excepción. La tecnología del vino ha jugado y juega un papel primordial en la producción y comercialización de este producto a lo largo de toda la historia. Sin embargo, en la actualidad, las posibilidades que ofrece la tecnología a este sector, eran impensables hasta hace poco.
Influencias tecnológicas
El punto candente de la tecnología vitivinícola ha sido desde sus orígenes la obtención de vinos estables desde el punto de vista físico químico y biológico, con objeto de que se facilite su comercialización en puntos diferentes a sus zonas de producción.
La ONU junto a la FAO, estiman que a lo largo de las próximas tres décadas, será imprescindible avanzar hacia la agricultura inteligente mediante los diferentes avances que ofrece la tecnología. De tal manera que la producción aumente disminuyendo el consumo de los recursos disponibles.
Uno de los factores que más influencia ejercen en el sector, es la mecanización de las bodegas. Actualmente las operaciones que se realizan en las instalaciones se hacen mediante el uso de prensas de eje vertical y horizontal, sean neumáticas, mecánicas e hidráulicas, bombas de todo tipo, etc.
A lo largo de toda la historia se han ido adoptando diferentes técnicas de elaboración, expedición de vinos, envejecimiento en barricas… todas ellas han supuesto tener que crear nuevos espacios en las bodegas. En numerosas ocasiones, estos espacios se situaban cerca de las más importantes vías de comunicación. Actualmente, los avances tecnológicos se centran en la optimización de la elaboración del vino durante todo su proceso: desde el cultivo de los viñedos hasta la entrega al consumidor.
La industria del vino ha estado siempre a la vanguardia de aspectos tales como la ciencia, la tecnología y la innovación. Ya desde las primeras vajillas de arcilla que datadas hace seis mil años, se dejaba ver esa cultura que sería propia del vino, llegando hasta el momento actual, donde contamos con técnicas de vinificación ultramodernas. El punto álgido de la expansión de la tecnología en el sector vitivinícola se ha producido a lo largo del siglo pasado.
El objetivo de estos adelantos no consiste en reemplazar a las personas. Su misión es proporcionar al viticultor herramientas que le ayuden a mejorar y facilitar los procesos de elaboración. Si bien es cierto que, algunas de las herramientas y tecnología actuales son perfectamente capaces de cubrir todas las necesidades propias de una bodega, son presentadas como la alternativa interesante.
Algunos avances aplicados actualmente
Como sucede con todo en la actualidad, el proceso del vino también experimenta un permanente proceso de adaptación mediante las diferentes tecnologías disponibles. Estas tecnologías desarrolladas concretamente para ciertos sectores como el del vino, se dirigen a aspectos tales como la prevención de plagas, la vigilancia de los viñedos o la optimización de las fases de elaboración como son la de fermentación y el envejecimiento del vino, entre otros aspectos.
A continuación, veamos algunos ejemplos claros de como la tecnología más avanzada se aplica actualmente en el sector. Para empezar, cada vez es más frecuente utilizar drones en las bodegas. Mediante el uso de drones, las diferentes compañías, analizan e interpretan las imágenes que emiten los drones. De esta manera, se entrega a los clientes una información bastante detallada y desglosada de los mapas de cultivo con las recomendaciones más acertadas en lo que al abono, poda y riego, respecta.
El proyecto de Big Data AgroAnalytics, fruto de la colaboración entre el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, se presenta como la solución inteligente para el asesoramiento de las explotaciones agrícolas. Este proyecto, consiste en la instalación de diferentes sensores en las correspondientes explotaciones agrícolas con objeto de vigilar los cultivos en tiempo real. Todos los datos obtenidos y la combinación con la información catastral y climatológica, pueden consultarse y ser de gran utilidad para mejorar la calidad de los cultivos.
Pero la tecnología del vino no radica únicamente en el cultivo de la mejor uva. Tiene el foco puesto en los procesos que dan como resultado el mejor producto posible: la fermentación y el envejecimiento. En este punto, entra en juego la Fermentacion Intelligence Logic Control System que consiste en un tanque de fermentación de uvas que detecta de manera preventiva aquellos posibles factores que pueden poner en riesgo la calidad del vino. La anticipación impide que se conviertan en problemas reales e irreversibles, para que esto sea posible, esos tanques, cuentan con tecnología sono-densitometría.
Otro de los aspectos mas relevantes del vino, son los envases. Un buen envase, permite que el vino cuente con la mayor vida útil posible. La tecnología hace posible que se estén creando envases inteligentes para procurar ese incremente de su vida útil y conservar su vida útil. Algunas bodegas disponen de envases sostenibles de bioplástico que reproducen fielmente a las botellas de cristal, pero cuentan con dos ventajas: ligereza y sostenibilidad.
Dentro de la propia vinificación, el sector del vino, dispone en la actualidad de sistemas de control de temperatura, algo fundamental en los procesos de elaboración del vino. Estos sistemas son contralados por Inteligencia Artificial, vinculando algunas o todas las maquinas implicadas en los sistemas de producción.
El análisis de datos y el control de calidad, junto a la predicción de la calidad del vino, son posibles gracias a la tecnología.
Durante el proceso de envejecimiento, fase donde el vino adquiere su personalidad, es posible utilizar sistemas de control de temperatura y humedad. Aspectos esenciales para mantener unas óptimas condiciones de almacenamiento del vino en las bodegas y sus correspondientes barricas. Los sensores de monitorización son capaces de detectar el más mínimo cambio en las condiciones ambientales de la bodega y emitir alertas en caso de que las variaciones sean suficientemente significativas.
También es posible disponer de tecnología de seguimiento y trazabilidad que permitan monitorear todo el proceso de envejecimiento y, garantizar así, la calidad del producto final.
Cabe destacar antes de concluir, el enfoque que se le está dando al uso de las lecturas ópticas que permiten definir el perfil aromático del resultado final. Estos avances, en gran medida debidos o sustentados en la inteligencia artificial, están contribuyendo a que las bodegas, optimicen sus procesos y recursos, obtengan vinos de mejor calidad y se conviertan a la vez en productivas y sostenibles.
Llegados a este punto, queda patente que nos hayamos en plena revolución tecnológica. Dicha revolución, afecta a todos los ámbitos, campos y sectores en gran medida. Si bien es cierto que en algunos, la tecnología está más presente que en otros, la realidad nos dice que cada vez cobra más presencia y relevancia en nuestras vidas. Incluyendo los sectores en los que parecía que solo funcionaba lo tradicional. Ahora lo tradicional es utilizar la más avanzada tecnología.