Antes no había esas cosas. Es la frase que más se dice cuando tú hablas con alguien de cierta edad y le dices que tu hijo o tu mismo ahora tiene intolerancia a un alimento. Pero es cierto. Las intolerancias alimentarias parecen estar en aumento en los últimos años. ¿Por qué? Pues esto, según explican los profesionales de esto, se debe a una combinación de factores.
Uno de los más razonables es que antes no había tantas pruebas, y mucha gente lo tenía pero no lo sabía. Ahora, con más pruebas disponible. Como las de intolerancia alimentaria en farmacias, que como nos indican desde Farmacia Ramón Ventura es muy sencilla.
En este caso, se realiza el test de intolerancia alimentaria. Se hace mediante una prueba analítica que permite detectar posibles intolerancias a alimentos comunes en nuestra dieta. Y ya te podemos decir que hay mucha gente que no lo sabe.
En el proceso de la intolerancia alimentaria, las células sanguíneas reaccionan frente a determinadas proteínas de alimentos intolerantes. Lo hacen liberando sustancias que son causa de diversas disfunciones corporales que van desde cefaleas persistentes a trastornos gastrointestinales, problemas dermatológicos, molestias respiratorias e, incluso, obesidad., que es uno de los más temidos.
A través de este test de intolerancia alimentaria podremos detectar cuáles son los alimentos causantes de este problema y determinar el tratamiento y dieta adecuada para minimizar el malestar.
Pero también es cierto que el estilo de vida ha cambiado mucho. Y todos los tiros van por que ahora mismo se hace una dieta más industrializada y procesada. Todos los alimentos llevan aditivos, conservantes y son ultraprocesados. Esto puede afectar el sistema digestivo y la microbiota intestinal.
Pero ojo porque también es cierto que ahora mismo hay más bacterias sueltas. Por ejemplo, la microbiota intestinal juega un papel clave en la digestión, estas son las bacterias que son buenas.
También es cierto que algunas intolerancias, como la lactosa, tienen una base genética. Sin embargo, el ambiente también influye: el estrés, la contaminación y la dieta pueden activar o desactivar ciertos genes que afectan la digestión.
Y por supuesto, el estrés crónico y la ansiedad afectan la digestión. Son las dos enfermedades de este intenso siglo XXI y está demostrado que el cuerpo reacciona negativamente a ciertos alimentos, incluso si antes no causaban problemas.
Y ahora que conocemos las causas, vamos a un caso práctico.
Una historia real
Durante años, Manuel (nombre ficticio de nuestro personaje) sufría dolores de estómago, hinchazón y malestar general. Y no, no sabía de donde podía venir todo esto. A pesar de múltiples visitas al médico y la realización de diversos exámenes, nunca lograban encontrar la causa exacta de su malestar.
La situación afectaba su calidad de vida. Manuel estaba siempre cansado, irritable y sin energía para realizar actividades cotidianas. Y esto le dificultaba su día a día.
Un día, por recomendación de un amigo, Manuel decidió hacerse una prueba de intolerancia alimentaria en una farmacia cercana. No tenía muchas expectativas, pero estaba dispuesto a probar cualquier alternativa para poder salir adelante.
Pues bien, el test fue rápido y sencillo, y en pocos días recibió los resultados: tenía intolerancia al gluten y a los lácteos.
Esta prueba fue un punto de inflexión en su vida. Luego se fue a un nutricionista y comenzó a cambiar su alimentación. Por ejemplo, eliminó los productos que contenían gluten y redujo el consumo de lácteos, sustituyéndolos por alternativas más adecuadas a su organismo.
En pocas semanas, los dolores de estómago desaparecieron, la energía aumentó y su estado de ánimo mejoró, porque antes siempre estaba de mala leche. Su vida ya era otra.
Más allá de los beneficios físicos, ya os cuento que el bueno de Manuel experimentó un cambio en su forma de vivir.
Y esto es la historia que nos puede hacer pensar de otra manera. Ya has visto que el aumento de las intolerancias alimentarias no es solo una moda, sino el resultado de una combinación de factores ambientales, genéticos y de estilo de vida.
Por suerte, hoy en día hay más formas de detectarlas y mejorar la calidad de vida ajustando la alimentación, ahora bien, tenemos que cuidarnos mucho y no tener miedo a hacernos pruebas. Y en este caso se ha demostrado que si te haces un test en una farmacia puedes evitar muchos problemas. Está claro que Manuel de haberlo sabido se lo hubiera hecho mucho antes.
