BMW, el coche de la gente que le gusta conducir.

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En un momento en el que el sector del automóvil no para de quejarse de las bajas ventas de vehículos nuevos, BMW aumentó sus ventas en España un 29%. La marca alemana es una de las preferidas por los españoles.

A raíz de un reciente estudio realizado por Unespa, la patronal de los seguros, el periódico El Correo publicó la noticia de que los coches que más gustan a los españoles son BMW, Audi y Mercedes.

El público de estas marcas es eminentemente masculino. Ocho de cada diez BMW que circulan en nuestro país lo conducen hombres, y el 75% de ellos son varones menores de 40 años. Para muchos, BMW es sinónimo de velocidad, potencia y elegancia.

Por otro lado, según El Correo, las mujeres españolas prefieren coches más pequeños y manejables como el Mini.

Los resultados del estudio son prácticamente idénticos en todo el país, con pequeñas variaciones entre los puestos 4 y 5 en algunas comunidades autónomas. Las marcas alemanas son las preferidas.

Estos son los deseos, puesto que la realidad es otra. Los coches que más abundan en el parque automovilístico de nuestro país son SEAT, Citroën, Renault y Ford.

Quizás, por esa razón, un español que posee un BMW siente que tiene una joya en sus manos, y la trata como tal. Es el caso de Fran, un joven granadino de 30 años, dueño de un BMW serie 3, que está orgulloso de su vehículo. Fran cuenta que cuida su coche como si fuera la niña de sus ojos, y que si alguna vez tiene que llevarlo al taller solo lo lleva a Talleres Paiz, Un taller de Granada que desde el 2007 está especializado en el mantenimiento y reparación de coches BMW.

En los coches, como en todo, la pasión se ve en los detalles.

Una casa con historia.

La casa BMW nace en Múnich en 1913; sin embargo, no empezó llamándose así, sino GmbH (Sociedad Limitada). En  1917 se cambia de nombre y un año más tarde se transforma en Sociedad Anónima, cuando el estado alemán se convierte en uno de sus accionistas.

BMW y su predecesora eran principalmente una empresa fabricante de motores. Quien al mismo tiempo fabricaba vehículos donde colocarlos. El caso es que su faceta como diseñadores industriales de maquinaria tenía tanto peso que en 1917 uno de sus ingenieros, Max Friz, inventó un novedoso motor de avión de alta compresión, que lograba conservar sus prestaciones, aunque la aeronave alcanzara mucha altura.

Por esta razón, BMW recibió ese mismo año un pedido de 2000 motores para el ejército prusiano. El gobierno alemán decidió asociarse con la empresa bávara para impulsar sus avances tecnológicos.

Una de las características que tuvo BMW desde su fundación fue la diversidad de vehículos que fabricaba. De su factoría salían motocicletas, coches utilitarios a precios populares y coches de lujo de alta gama.

A finales de los 50, BMW fabricaba microcoches biplazas, que se perecían a los coches sin carnet que se venden en la actualidad, conocidos popularmente como los “microlitos”. En la misma época produce descapotables de lujo que funcionan con el motor de un coche de carreras.

La edad dorada de BMW, en mi opinión, son los años 70. Cuando se configura la marca BMW tal y como la conocemos en la actualidad. Fabricando coches con una línea robusta, motores veloces y potentes, y con grandes prestaciones en su interior. Algunas de ellas adelantadas a su época. Como los sistemas de asistencia al conductor, instalados al BMW Turbo de 1972, con avisos de distancia de frenado y presión de frenos.

Modelos emblemáticos.

BMW forma parte de la cultura popular. Sincronizados a su tiempo, los coches de BMW han escrito párrafos de nuestra historia más reciente. La revista coches.net dedica un artículo a los modelos BMW más emblemáticos. Estos son algunos de ellos:

  • BMW 0 CSL. El “Batmovil.”

No sé si por casualidad, o inspirados por las viñetas de los comics de Marvel, en 1973, BMW saca al mercado un coupe deportivo con un diseño similar al coche que Batman conducía en las películas. Líneas redondeadas, alerones sobre el capot trasero y elementos aerodinámicos repartidos por el chasis. En ese momento el coche de Batman solo había aparecido en los dibujos del comic. Aún no se había rodado ninguna de las películas protagonizadas por este superhéroe. De este vehículo, del que apenas se vendieron 167 unidades en su lanzamiento, hoy es un coche de coleccionista.

  • BMW M-1. Andy Warhol.

A petición de la casa, el pintor de Pop-Art Andy Warhol pintó con espray la carrocería de un BMW M-1 color rojo, en solo 30 minutos. El coche participó en las 24 horas de Le Mands. Se trataba de un coche de competición diseñado por el italiano Giorgio Giurano, equipado por un motor adaptado que ya se había probado en Fórmula 1. Este coche forma parte de la historia del arte y de la historia del motor.

  • BMW Serie 3. E30. El poder de la publicidad.

En 1986, BMW graba un spot publicitario para promocionar uno de sus últimos lanzamientos, la Serie 3. Un imponente coche rojo circula majestuoso por una carretera vacía, bajo el eslogan “El placer de conducir.” Este popular anuncio, y el coche que lo protagonizó, terminaron por implantar el nombre BMW en el subconsciente colectivo. Aún, hoy los vehículos Serie 3 continúan siendo algunos de los modelos más vendidos por la marca alemana.

¿Por qué a la gente le gusta BMW?

Para conductores de todo el mundo, BMW está asociado a una serie de rasgos y características distintivas. Propiedades que conforman el valor social de la marca. Estas son algunas de las razones que llevan a los conductores a admirar estos vehículos.

  1. Prestaciones deportivas. BMW es conocida por ofrecer una conducción dinámica, ágil y precisa. Su lema «The Ultimate Driving Machine» se refleja en motores potentes y suspensiones equilibradas de tracción trasera o total.
  2. Diseño atractivo. El diseño es otra de las señas identificativas de la casa. Sus líneas elegantes, deportivas y modernas atraen a un público que busca estilo sin renunciar a la sofisticación. Los faros icónicos, las parrillas dobles y las proporciones trabajadas hacen que estos coches sean reconocibles al instante.
  3. Fabricación de calidad. BMW ofrece interiores de alta gama, con materiales de calidad, acabados cuidados y una atención al detalle que transmite lujo y durabilidad.
  4. Tecnología avanzada. Dentro de sus coches incorporan sistemas de asistencia a la conducción, conectividad inteligente, pantallas digitales de alta resolución y funciones de conducción semi-autónoma, manteniéndose a la vanguardia de la industria del automóvil.
  5. Gama variada. Otra de sus características es que ofrecen vehículos para todos los gustos y necesidades. Desde vehículos industriales, como sus furgonetas, coches deportivos y vehículos elegantes de gama media-alta y alta gama. Sin renunciar a unos estándares de calidad altos.
  6. Imagen de marca. BMW es percibida por el consumidor como una marca de prestigio, asociada a un estatus de éxito y elegancia. Para muchos conductores, tener un BMW es símbolo de éxito personal o profesional.
  7. Conducción eficiente. La casa alemana se ha preocupado por implementar sistemas de conducción con un consumo moderado de carburante y con bajas emisiones de CEO2.

Los retos de BMW para el futuro.

A finales del 2024 saltó a los medios la noticia de que BMW abandonaba la producción de coches eléctricos. Con ello se ponía fin a la investigación de varios años por intentar producir un deportivo de motor eléctrico. En su lugar, la dirección de la empresa anunció que se centraría en perfeccionar el motor de hidrógeno.

Oliver Zipse, CEO de la compañía, señaló que es un error jugárselo todo a una carta. Desde el punto de vista de la empresa, el futuro del automóvil no puede girar únicamente en torno a la producción de coches eléctricos.

Si el motor de hidrógeno se llega a desarrollar, es menos contaminante que el motor de batería. La combustión vertería a la atmósfera vapor de agua. No habría que recurrir a la quema de gas natural o a las nucleares para producir electricidad con la que hacer funcionar los motores.

Desde luego, desarrollar este motor es un reto de envergadura. Pero no creo que la decisión esté motivada solo por el deseo de proteger el planeta y de hacer avanzar la tecnología. En este enfoque interfieren factores comerciales.

Y es que a pesar de toda la publicidad que se ha hecho, los coches eléctricos se han vendido menos de lo que se esperaba. La suavidad de un coche eléctrico dista bastante de la sensación que produce la conducción de un coche clásico de BMW.

Esto funciona en la mente de los conductores. Los cuales, cuando están al volante de un BMW, sienten que manejan un coche de competición. Los coches eléctricos desvirtúan la imagen que tienen los vehículos de BMW. No casan con su mensaje.

Una impresión que la marca alemana pretende conservar con el desarrollo del motor de hidrógeno. Un motor mecánico más parecido al motor de combustible, pero que funciona con un carburante no contaminante.

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