Es bien sabido que hay muchas variables que hacen que la elección de un vino sea complejo. Mucho depende del gusto personal, tus propias preferencias, el área de cultivo, la denominación de origen, la calidad de las vides, la cosecha y muchos otros factores. Presta atención a estas peculiaridades y descubre qué vinos se adaptan mejor a tus necesidades.
Como escribió el restaurador francés Brillat-Savarin: «Una comida sin vino es como un día sin sol».
7 Datos de información importante para comprobar en la etiqueta
No te guíes por la apariencia externa, pero lee la etiqueta cuidadosamente, porque parte de la información requerida por el mercado puede ayudarte con tu elección. Hay siete indicaciones esenciales y necesarias que deben aparecer en la etiqueta: nombre del vino, nombre del embotellador, país de producción, contenido de alcohol, cantidad de vino en la botella, presencia o ausencia de sulfitos y lote.
1. Descripción del vino
Simplemente significa el nombre del vino contenido en la botella, que, según la normativa europea, debe escribirse en caracteres dobles o mayores que los del domicilio social del productor o embotellador. Los nombres de los vinos también incluyen DOCG, DOC, DOP e IGT. Un ejemplo de ello es la denominación DOP (Denominación de Origen Protegida), pero también la designación IGP (indicación geográfica protegida). Otro acrónimo importante es el DOC (Denominación de Origen Controlada), y también debe indicarse la añada, es decir, el año en que se cosechó el vino.
2. Embotellado
La empresa que embotella el vino, es decir, el último eslabón de la cadena de producción, debe indicarse en la etiqueta. Además del nombre, también deberá indicarse la ubicación de la planta embotelladora. Las empresas productoras y los embotelladores no siempre están de acuerdo. Solo este último es obligatorio en la etiqueta, mientras que el primero es opcional. Sin embargo, hay una excepción: la indicación del productor es obligatoria para los vinos espumosos y los vinos de aguja.
3. El origen
Otro signo de la calidad (o preferencia personal) de un vino es su origen. En la etiqueta de una botella de vino, no debe faltar el país de origen y la producción del vino. El idioma en el que se indica debe ser obligatorio el del país donde se produce el vino, con la posibilidad de añadir opcionalmente una o más traducciones a otros idiomas europeos.
4. Contenido
La cantidad de vino contenida en una botella debe indicarse necesariamente, opcionalmente como se expresa: en litros, centilitros o mililitros. La cantidad deberá indicarse en forma numérica junto con la abreviatura de la unidad de medida sin puntuación. La cantidad deberá indicarse en forma numérica junto con la abreviatura de la unidad de medida sin puntuación. Además, debe indicarse la marca de estimación «e», que certifica que el contenido de la botella cumple con los criterios de estimación y está dentro de los límites del error negativo tolerable (es decir, la cantidad de vino contenida en la botella puede variar mínimamente dentro de ciertos límites establecidos por la ley).
5. Presencia o ausencia de otros elementos
En la producción de vino, a menudo se agregan sustancias para su conservación, como los «sulfitos«, que son muy útiles debido a sus propiedades antibacterianas y antioxidantes. Estas sustancias pueden causar alergias o intolerancias, por lo que se debe tener cuidado con su presencia. En realidad, los sulfitos se forman naturalmente durante la fermentación del vino, por lo que es imposible que un vino no contenga ni siquiera un pequeño porcentaje de esta sustancia. Desde hace algunos años, también es necesario indicar la posible presencia de leche y huevos utilizados en la clarificación de los vinos.
6. Lote
El lote es un número determinado por el embotellador bajo el cual se agrupan todas las botellas que han sido llenadas y envasadas en un período de tiempo similar y en condiciones sustancialmente iguales. En la práctica, el lote es el código por el cual se puede rastrear la botella de vino. Es una indicación obligatoria que permite al consumidor reportar cualquier irregularidad en la botella o su contenido. Gracias al número de lote, es posible rastrear todas aquellas botellas que tienen un posible problema. La normativa europea no contiene ninguna información específica sobre la composición del lote, salvo que debe tratarse de una serie de caracteres numéricos y/o alfabéticos precedidos por la abreviatura «L», elegida a discreción del responsable de la producción o embotellado del vino.
7. Contenido alcohólico y vendimia
El grado alcohólico, que debe indicarse en la etiqueta, indica el porcentaje de alcohol etílico en el volumen total de la bebida, es decir, los mililitros de alcohol contenidos en 100 ml de vino. Este valor debe expresarse como un porcentaje seguido de la abreviatura «vol». Se trata de factores menos cualitativos y más subjetivos, pero deben tenerse en cuenta en una fase de selección.
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir un vino es la añada. La indicación de la añada es obligatoria solo para los vinos con denominación de origen protegida, y no es obligatoria para otros tipos de vinos, como los vinos espumosos, los vinos de aguja y los vinos de licor.
Cómo elegir el vino por la añada
No es un factor real del que pueda depender la elección, pero su presencia es un indicio de calidad absoluta, rigor y cumplimiento de la normativa por parte de la bodega productora.
Como ya hemos comentado, la añada es uno de los factores a tener en cuenta a la hora de elegir un buen vino, sobre todo en el caso de los vinos DOP, ya que cada añada difiere de la anterior por el clima y otros factores que varían cada año. En general, un buen año se caracteriza por una alternancia equilibrada de sol y lluvia, sin exceso. La alternancia entre el calor durante el día y el frescor por la noche es óptima porque por la noche las plantas llevan a cabo el proceso inverso de fotosíntesis, la respiración. Cuanto más caliente es por la noche, más rápido respira la planta. Cuando la planta respira, absorbe los aromas, aromas y azúcares producidos. Por lo tanto, una buena alternancia de calor durante el día y frescura por la noche es el requisito previo óptimo para la producción de grandes vinos.
Cómo elegir el vino por contenido de alcohol
La calidad de un vino no está determinada por un solo elemento, por lo que no es del todo correcto juzgar un buen vino por su contenido de alcohol. Se sabe que uno de los principales ingredientes que hacen que un vino tenga cuerpo es el alcohol, y que cuanto mayor es el contenido de alcohol, más grueso y con cuerpo es el vino.
Pero como recalcan los profesionales de esta bodega de vinos de Alicante, Bocopa, no es solo el contenido de alcohol lo que determina la calidad de un vino, sino el equilibrio, el equilibrio adecuado, entre todas sus variables. Cuando el vino está bien equilibrado, sentimos una calidez armoniosa y envolvente que armoniza bien con el cuerpo y la estructura del vino. Un componente agradablemente suave equilibra la dureza.
La percepción inmediata del alcohol en el paladar no siempre depende de cuán alto sea el contenido real de alcohol, sino de qué tan bien el componente de alcohol esté en equilibrio con los otros componentes del vino o no. En resumen, el contenido de alcohol de un vino está directamente relacionado con la concentración de azúcar del mosto. El alcohol también es importante porque tiene un importante efecto antiséptico y le da al vino un aroma especial.
Cómo elegir un vino: combinaciones de alimentos
Elegir el vino puede ser más fácil si sabes qué platos comerás. Combinar un vino con un plato en particular asegura que los aromas tanto del plato como del vino en sí se hagan propios. Además, el tipo de plato en la mesa nos ayuda a desnatar gran parte del tipo de vino, lo que nos ayuda bastante en la selección.
Clásicamente, el vino blanco va bien con pescado o vino tinto con carne, platos estructurados con vinos con cuerpo y platos ligeros con vinos delicados. Pero no siempre es tan fácil.
1. Vinos para el entrante
Al elegir el vino para los aperitivos, hay reglas relativamente simples a seguir. Si el entrante consiste en verduras o pescado, la elección debe ser un vino seco, joven y ligero o incluso un vino espumoso. Para un entrante con embutidos, un vino tinto ligero o medio-pesado sigue siendo la elección correcta.
Es bueno recordar que el aperitivo es un preludio de los cursos reales, por lo que no está destinado a saciar, sino a estimular la creatividad y el apetito. Por lo tanto, los vinos que elijas no deben ser de gran estructura y cuerpo.
2. Cómo elegir el vino para platos de pasta
Con los platos de pasta, la situación es un poco más complicada y varía dependiendo de las especias, ya sea pescado o carne. En general, las reglas clásicas de coincidencia se aplican en este caso. Para platos menos complejos como pasta seca, risotto, tortellini con mantequilla y salvia o similares, un vino blanco medio-fuerte, quizás ligeramente afrutado, va bien. La pasta con salsas vegetales estructuradas y aromáticas y el risotto con setas o trufas, se acompañan mejor con vinos blancos con cuerpo. Los vinos rosados van bien con platos de pasta carnosa.
3. Elegir un buen vino para pescado
Como ya se mencionó, el pescado va bien con un buen vino blanco, pero entre los muchos vinos disponibles, se recomienda elegir vinos secos o más complejos, dependiendo de la complejidad y el sabor del plato.
Además, hay que disipar el mito de que un buen vino tinto no se puede servir con pescado. En el pasado, esta combinación se consideraba impensable, pero hoy en día se está volviendo cada vez más popular, especialmente para pescados ricos en sabor y aroma como el atún, el salmón o el pez espada.
4. Cómo elegir el vino para la carne
Con carne blanca o carne a la parrilla o frita, se puede elegir un vino ligero. Para platos de caza, se recomienda un vino de cuerpo medio o con cuerpo, un vino perfecto para carnes a la brasa, asadas y cordero que también va bien con carnes cocidas o estofadas.
Cómo elegir un vino por el precio
Te preguntas cómo elegir un vino que quizás quieras disfrutar en una noche especial con amigos y familiares. Hemos hablado de muchas características cualitativas del vino que ayudan en la selección, pero el precio sigue siendo otro aspecto que no debe subestimarse.
La pregunta que debes hacerte es: ¿Qué justifica realmente el precio de una botella de vino? La respuesta no es sencilla, porque son muchas las variables que afectan a la determinación del precio final, pero creemos que es importante que un amante del vino, o incluso una persona interesada en el vino, pueda entenderlo de forma completa y exhaustiva.
La política de precios de cada bodega debe ser particularmente importante. El precio de los vinos debe ser en base al resultado de tres valores:
- hacer accesibles los vinos de calidad a un público cada vez más amplio,
- ser la voz e intérprete de las tradiciones y territorios en los que se produce,
- y proteger las denominaciones.
No hay precios que sean peores o mejores que otros. Pero es reconfortante que, como consumidor, puedas estar seguro/a de que siempre la bodega haga todo lo posible para equilibrar los costos y ofrecer el más alto nivel de calidad a un precio que también debería ser asequible en otros contextos.
Porque amar el vino siempre ha significado compartirlo.