No funcional por creativo, sino por tratarse de un proceso de evolución que se inicia con el desarrollo de una idea. La finalidad, crear el mueble ideal: bonito y funcional. Precisamente de ese proceso, queremos hablar en este artículo, el diseño de muebles hasta obtener el resultado final. Quizá, nunca te hayas planteado que los muebles que compramos, tengan una historia detrás. No la historia del paso de los años y los servicios que ha prestado. La historia de su creación. Porque sí, en mobiliario, existe un diseño previo y los muebles, no se colocan en las exposiciones salidos de la nada. Existe todo un proceso previo.
Para los amantes de la decoración, esto no es ningún misterio. Pero a buen seguro que a los amantes de IKEA y similares, les inquieta saber quién crea esos muebles tan funcionales y modernos que se pueden montar por cualquiera. Aunque esto es mucho decir, pues algunos muebles de kit no hay quien los monte por mucho que sigas las instrucciones. La cuestión no esa al fin y al cabo. Cada quien, compre los muebles que quiera y le gusten, montados o sin montar. Solo vamos a hablar de cómo se diseñan los muebles de diseño y el trabajo que hay detrás de esa silla, la mesa o el sofá.
Podríamos decir que el proceso de creación de un mueble de diseño, consiste en la fusión de la creatividad y el talento, con la funcionalidad que debe poseer un mueble. En este sentido, lejos del mobiliario accesible y funcional más habitual, nos encontramos con el mobiliario de diseño. Ese que aúna esfuerzos de creatividad pero son totalmente funcionales, como los que podemos encontrar en Goterris una tienda de muebles que cuenta con una amplia exposición de piezas únicas con diseños más que exclusivos.
Un mundo donde el diseño es esencial
Encontramos el diseño detrás de cada pieza de arte, en la ropa, en los coches, la telefonía… Todos los objetos, son resultados de un diseño previo. En el caso particular del diseño de muebles, nos acercamos a un mundo en el que es indispensable que se produzca una simbiosis entre la creatividad y la funcionalidad necesarias para lograr construir piezas que vayan más allá de su uso básico. Cada mueble de diseño, debe constituir por sí mismo, una obra de arte y tratarse de piezas exclusivas, concebidas con una elocuente combinación de belleza y funcionalidad.
Durante el proceso de creación de un mueble, pueden darse diversas variantes. Cada diseñador cuenta con un enfoque personal, aunque, las etapas del proceso son similares. Partiendo de una misma base: la inspiración. Este es el punto de partida de todo diseño. Cualquier proceso creativo, requiere que surja esa chispa que prenda la vela de la imaginación y surjan los proyecto. El diseño de muebles no escapa a esta necesidad. Los diseñadores deben buscar la inspiración y lo hacen a través de una amplia variedad de fuentes, como pueden ser la naturaleza, la arquitectura, el arte o la cultura. La primera etapa del proceso es crucial para dar salida al diseño; define el concepto y la dirección que debe seguir el mueble que se vaya a crear.
En la segunda fase de este proceso creativo, el diseñador se sumerge en la investigación y el desarrollo. Esta parte, no solo es una cuestión de innovación tecnológica en la que cuentan con departamentos concretos de I+D. Una vez se encuentra la inspiración, hay que adquirir el conocimiento necesario para dar un impulso a la creatividad. Aquí, justo en este punto, el diseñador, profundiza en el tema, investiga las tendencias, las técnicas, la tecnología y, estudia los diferentes materiales que puede haber disponibles para trabajar. Se trata de una etapa esencial para comprender las limitaciones y posibilidades reales con las que cuenta el diseño. Del mismo modo que permite descubrir otras formas para abordar el proceso de creación. Preguntas como cuál es el material más adecuado, las técnicas de construcción, etc. se plantean y resuelven en esta etapa.
Una vez el diseñador cuenta con la inspiración y la investigación necesaria para desarrollar su creación, llega el momento de plasmar esa idea en el papel. El diseño conceptual es la etapa durante la cual se exploran las diferentes opciones posibles, para poder definir los elementos clave del mismo. Para realizar esta fase, se sirven de técnicas de dibujo y software de diseño asistido por ordenador. El diseñador se encarga de crear bocetos y modelos digitales con la finalidad de capturar la esencia de su creación. Gracias a esta representación visual, es posible evaluar y refinar el diseño antes de pasar a la etapa posterior.
Llegamos a un punto en el que ya se tiene una idea clara y la visión factible de lo que se quiere crear. Ahora, toca elegir los materiales que son más adecuados para hacer realidad el mueble diseñado. Este paso, es igualmente, crucial a la hora de seguir el proceso de creación de los muebles de diseño. Los materiales de elección no solo deben cumplir una función estética para ser atractivos, deben ser duraderos y adecuados para la finalidad del mueble en cuestión. Esta cuestión debe ser considerara por el diseñador que, tiene que saber cuáles son las propiedades de los materiales, su resistencia, la textura, el color… así como tomar decisiones informadas, en función de las características y finalidad del mueble.
Ejecución del diseño para darle vida
Podemos considerar las fases previas como un trabajo de campo que hace posible que el mueble, pueda construirse. Una de las últimas fases, es el prototipado del diseño. Cuando el diseñador tiene el diseño conceptual y ha hecho la correcta selección de los materiales a utilizar, llega el momento de ejecutar la obra y crear un prototipo físico de todas esas ideas plasmadas. En esta etapa, se puede evaluar la viabilidad del diseño y realizar todos los ajustes que sean necesarios antes de llevarlo a una producción mayor. El prototipado, puede conllevar la construcción de una maqueta a escala o la fabricación del mueble al completo. Aquí, cobran vida los detalles y ofrecen al diseñador, la oportunidad de alcanzar la perfección en su diseño.
Realizado el prototipo y aprobado el mismo, se pasa a la siguiente fase: la construcción y el ensamblaje. Los materiales elegidos se transforman en manos expertas, en toda una obra de arte funcional y práctica, a la vez que bella. Artesanos y fabricantes de muebles, trabajan de forma precisa y con suma habilidad para dar vida al diseño creado. Cada pieza de madera que compone el mueble, se corta a medida, se lija y se ensambla con precisión absoluta. Los detalles más intrincados son añadidos de forma meticulosa para proceder a un trabajo de ensamblado tan minucioso que debe garantizar la solidez y durabilidad de la pieza.
Como colofón, la última etapa del diseño de muebles: el acabado y los detalles finales. Aquí se encuentra la verdadera alquimia de los diseñadores de muebles. Una vez que ya se ha realizado la construcción básica del mueble y se ha completado totalmente, se añaden esos toques que hacen que la pieza no sea un mueble más, sino EL MUEBLE. Estos acabados finales, pueden incluir una mano de pintura, barniz o pulido, así como cualquier otro tratamiento especial para cada material. Todos estos tratamientos se realizan por dos razones: realzar la belleza del mueble y proteger su superficie. No hay que olvidar que se agregan otro tipo de detalles como tiradores, bisagras, ornamentos decorativos y demás objetos que aporten belleza y distinción al mueble.
De esta manera culmina el proceso de creación de los muebles de diseño. Como puede observarse, se trata de un proceso que requiere tiempo. Este puede variar en función de la complejidad que presente el diseño, los materiales de elección y la experiencia del diseñador y fabricantes. No obstante de forma generalizada, el proceso puede tardar en realizarse de unas semanas a varios meses.
A diferencia de un mueble convencional, los muebles de diseño, cuentan con un enfoque creativo y una especial atención al detalle que no poseen los muebles convencionales. En tanto que los muebles de diseño suelen ser piezas únicas y exclusivas, con poca tirada, poniendo énfasis en la estética y la funcionalidad, los muebles convencionales, siguen unos diseños estandarizados que permiten la producción a gran escala.
Otro punto a favor de los muebles de diseño, es que los diseñadores, en numerosos casos, permiten la opción de la personalización. De esta manera, los compradores pueden pedir que adapten el mueble a sus necesidades y preferencias particulares. El nivel de personalización puede incluir desde la selección de los materiales, colores y acabados, así como los detalles concretos que el cliente desee.
Como podemos intuir, los muebles de diseño, no son precisamente baratos en comparación con los convencionales. Este matiz hace que se consideren como una excelente inversión, puesto que son exclusivos, tienen una calidad artesanal inigualable y son muy duraderos. Aspectos como el detalle y la singularidad de cada pieza, la combinación de la estética con la funcionalidad, el estilo y la calidad de los materiales utilizados, justifican, su mayor precio.