Cuando una nueva generación crece, damos por hecho que se está educando adecuadamente dando asignaturas actualizadas y un poco más completas que las que quizá dieron sus padres en su momento. Sin embargo (y por desgracia) no se le presta atención a una de las ramas de conocimiento más beneficiosas para las nuevas generaciones (¡y para cualquiera de ellas!): la sostenibilidad.
Por lo general no nos preparan para reciclar, reutilizar, consumir con cabeza y respetar el medio ambiente. Lo peor es que, si nosotros no estamos concienciados, no podemos concienciar a nuestros hijos, y si no lo hacemos nosotros o sus profesores ¿Quién lo hará?
Cuidar el medio ambiente y aprender a preservar lo que tenemos es la mejor vía de conocimiento, además de ser una formación útil que nos ayuda a valorar lo que tenemos.
Cada paso cuenta: todos hacemos la diferencia.
Es triste, pero las personas creen que los pequeños esfuerzos no valdrán para nada, ni servirán para cuidar a los animales y las plantas de este mundo, ¡pero no pueden estar más equivocados!
Cada pequeño gesto cuenta, y debemos inculcarles esta forma de pensar a las nuevas generaciones con cariño de las siguientes maneras:
- Si no se educa en el colegio, se debe educar en casa.
La sostenibilidad debe convertirse en un componente integral del sistema educativo, y los padres también tienen mucho que decir al respecto.
¡No debemos dejar que sean sólo los profesores los que eduquen, y quedarnos de manos cruzadas! Es importante que inculquemos valores que comprendan los temas relacionados con la conservación del medio ambiente, la gestión de recursos y la adopción de prácticas sostenibles.
Para ello, podemos hacer cosas tan sencillas como cambiar el contenido que ver en la tele a diario, por uno que aborde temas sostenibles. Asimismo, también podemos tratar la sostenibilidad animándolos a hacer proyectos de reciclaje, actividades al aire libre y manteniendo el contacto con la naturaleza.
- Se les debe educar acerca de los residuos.
Enseñar a los jóvenes sobre la gestión de residuos y la importancia de reducir, reutilizar y reciclar es clave para que aprendan a cuidar al medio ambiente.
Para ello, podemos mostrarles ejemplos concretos de cómo los productos biodegradables contribuyen a la reducción de residuos y al cuidado del planeta.
- Podemos animarlos a tratar con productos biodegradables.
Una vez entiendan qué son los productos biodegradables, podemos animarlos a usarlos de muchas maneras diferentes: el uso de bolsas biodegradables puede ser un buen modo de empezar, según nos aconsejan desde Bioplásticos Alhambra, ya que las bolsas de plástico son uno de los productos que más contaminan.
Imagina a esos niños que ven a sus padres usar y tirar bolsas de plástico sin parar, o peor aún, aquellos que compran en tiendas online sin medida y desechan los embalajes de plástico de un modo totalmente irresponsable.
¡Debemos evitar que sigan el ejemplo con estas medidas!
- Podemos mostrarles cómo consumir productos de empresas sostenibles.
Cuando estamos enseñado a unos niños o adolescentes acerca de la sostenibilidad, debemos tener muy claro que el consumo es el pilar principal. Las nuevas generaciones deben aprender a consumir con las ideas claras, sin comprar por comprar; y, sobre todo, es importante que empiecen a entender la importancia de adquirir productos de empresas sostenibles.
Y es que, no es lo mismo adquirir productos sostenibles que venda cualquier empresa, que comprar productos de una empresa que usa formas de producción sostenibles.
- Excursiones a centros de reciclaje y a la naturaleza.
¡No hay mejor forma de entender el reciclaje que vivirlo de primera mano!
Muchas personas no saben ni entienden acerca del proceso posterior a depositar una bolsa de basura en los contenedores. Por ello, es importante mostrar a las personas (y a las nuevas generaciones también) el proceso de reciclaje y la importancia que éste tiene para cuidar el planeta.
Asimismo, el contacto con la naturaleza puede hacer comprender a los niños el valor preservar el medio ambiente. En lugar de hacerlos fríos y calculadores tras un libro o un ordenador, deben disfrutar el aire libre y aprender acerca de los distintos tipos de aves que existen, o de árboles, para admirarlos más y, por ende, cuidarlos mejor.
- ¡Que celebren días y fiestas relacionadas con la sostenibilidad!
La organización de días especiales de sostenibilidad puede ayudar a crear conciencia acerca del medio ambiente; además, durante estos eventos, se pueden aprovechar para experimentar y tratar con productos biodegradables para comprender su papel en la reducción de la huella ambiental.
- Lo más importante: educarles en el día a día.
De nada sirve enseñar, si no damos ejemplo ni les incitamos a llevar a la práctica todo lo aprendido. Las nuevas generaciones deben incorporar prácticas ecológicas en la vida diaria, como el reciclaje, el respeto por la naturaleza, el ahorro de energía y la economía circular.
Si seguimos este modelo, las nuevas generaciones estarán más concienciadas y podrán ayudar mejor a las generaciones venideras.
¡Nunca es tarde para hacer las cosas bien!
