A muchos de nosotros nos encantaría aprender a tocar música: el violín, la guitarra, el contrabajo… A mí, particularmente, me encantaría aprender a tocar el piano, pero nunca he tenido la oportunidad. Era muy caro… o me pillaban las clases muy lejos de casa. Pero ¿sabes que, actualmente, también existen las clases de música online? Esto tiene una serie de ventajas e inconvenientes que hablaremos a lo largo del artículo. A pesar de ello, también hablaremos de cómo la música puede usarse para terapia, para integración social… e, incluso, para levantar nuestra autoestima.
La música existe desde que el mundo es mundo
Aunque no podemos decir con certeza cuándo y cómo comenzó exactamente la música, podemos afirmar que la música ha existido desde tiempos muy remotos en la historia de la humanidad.
La evidencia más antigua de la música proviene de instrumentos musicales encontrados en sitios arqueológicos que datan de hace miles de años. Por ejemplo, se han descubierto flautas de hueso que se estima que tienen más de 40.000 años de antigüedad. Estas determinaciones indican que nuestros antepasados prehistóricos ya estaban creando música utilizando instrumentos simples.
Además, la música ha estado presente en prácticamente todas las culturas a lo largo de la historia registrada. Desde las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y Egipto, hasta las culturas clásicas de Grecia y Roma, ya través de las diferentes épocas de la historia, la música ha desempeñado un papel importante en la vida de las personas.
La música ha evolucionado a lo largo del tiempo, adaptándose a diferentes estilos, géneros y formas de expresión. Ha sido utilizado con fines ceremoniales, religiosos, de entretenimiento y como medio de comunicación y expresión artística. Incluso antes de que existieran los registros escritos, la música se transmitía de forma oral de generación en generación, lo que demuestra su importancia y arraigo en las sociedades humanas.
En resumen, aunque no podemos establecer un momento exacto en el que la música comenzó a existir, podemos decir con seguridad que ha sido una parte fundamental de la experiencia humana desde tiempos inmemoriales. La música trasciende fronteras culturales y temporales, y sigue siendo una forma poderosa de comunicación y expresión hasta el día de hoy.
Algunos terapeutas usan la música
La música se utiliza ampliamente en el campo de la terapia como una herramienta terapéutica efectiva. La musicoterapia es una disciplina reconocida que emplea la música y sus elementos (como el ritmo, la melodía y la armonía) con fines terapéuticos.
Los terapeutas utilizan la música de diversas formas para abordar una amplia gama de necesidades físicas, emocionales, cognitivas y sociales. Algunos de los beneficios de la musicoterapia incluyen:
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Reducción del estrés y la ansiedad: La música puede ayudar a relajar el cuerpo y la mente, disminuyendo los niveles de estrés y ansiedad.
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Mejora del estado de ánimo: La música tiene el poder de influir en nuestras emociones. Los terapeutas utilizan selecciones musicales específicos para mejorar el estado de ánimo y fomentar emociones positivas.
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Estimulación cognitiva: La música puede mejorar la atención, la memoria y otras funciones cognitivas. Se utiliza en terapias para personas con trastornos neurológicos, como el Alzheimer o el Parkinson.
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Promoción de la expresión y la comunicación: La música puede ser una forma de expresión no verbal, permitiendo a las personas comunicar emociones y experiencias difíciles de expresar con palabras.
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Fomento de la interacción social: La música en grupo puede promover la interacción y la cohesión social. Se utiliza en terapias de grupo para fomentar el trabajo en equipo y la comunicación interpersonal.
Es importante destacar que la musicoterapia es realizada por profesionales capacitados en la disciplina. Estos terapeutas utilizan técnicas específicas y adaptan la música a las necesidades individuales de cada persona para lograr los resultados terapéuticos deseados.
En resumen, la música es una herramienta poderosa en el campo de la terapia y se utiliza en la musicoterapia para abordar una variedad de necesidades físicas, emocionales y cognitivas.
Nos ayuda, además, a mejorar nuestra autoestima y a integrarnos en la sociedad
La música puede tener un impacto significativo en nuestra autoestima y en nuestra capacidad para integrarnos en la sociedad. Aquí te muestro cómo la música puede influir en estos aspectos:
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Autoestima: La música tiene el poder de generar emociones positivas y promover un sentido de identidad y autoexpresión. Al escuchar música que nos gusta y nos hace sentir bien, podemos experimentar un aumento de la autoestima y la confianza en nosotros mismos. Además, aprender a tocar un instrumento musical o desarrollar habilidades vocales puede proporcionarnos un sentido de logro y satisfacción personal, fortaleciendo así nuestra autoestima.
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Conexión social: La música tiene la capacidad de unir a las personas y facilitar la interacción social. Participar en actividades musicales, como formar parte de un coro, una banda o asistir a conciertos, nos brinda la oportunidad de conectarnos con otros amantes de la música. Esto puede ayudarnos a desarrollar relaciones, compartir intereses comunes y sentirnos parte de una comunidad más amplia.
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Expresión emocional: La música nos permite expresar nuestras emociones de una manera única y poderosa. Cuando nos identificamos con una canción o una melodía, podemos encontrar consuelo, validación y comprensión en las letras y la música. Esta conexión emocional con la música puede fortalecer nuestra autoestima al protegernos un medio para explorar y comunicar nuestras emociones de una manera segura y significativa.
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Sentido de pertenencia: La música también puede ayudarnos a encontrar un sentido de pertenencia en la sociedad. Al participar en actividades musicales en grupo, como bandas o coros comunitarios, nos unimos con otras personas que comparten nuestro interés por la música. Esto puede brindarnos un sentido de pertenencia a un grupo y aportar un sentimiento de inclusión en la sociedad más amplia.
En resumen, la música puede desempeñar un papel importante en el fortalecimiento de la autoestima y la integración social. Tanto al escuchar música que nos hace sentir bien como al participar activamente en actividades musicales, podemos experimentar un aumento de la autoestima, desarrollar conexiones sociales significativas y encontrar un sentido de pertenencia en la sociedad.
¿Qué es mejor: aprender música de forma presencial y online?
La elección entre aprender música de forma presencial u online depende de tus preferencias personales, circunstancias individuales y recursos disponibles. Ambos enfoques tienen sus ventajas y desafíos, y es importante considerarlos al decidir qué opción es la mejor para ti. Aquí hay algunas características de cada enfoque:
Aprender música de forma presencial
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Interacción personal: La enseñanza presencial permite una interacción directa y personal con el profesor. Esto puede facilitar una retroalimentación inmediata, correcciones y aclaraciones, y permite una comunicación más fluida.
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Aprendizaje práctico: En un entorno presencial, es posible recibir una guía práctica más detallada sobre el manejo de un instrumento o la técnica vocal. El profesor puede proporcionar ejemplos en tiempo real y observar sus movimientos físicos para brindarle una orientación más precisa.
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Motivación y rendimiento: La presencia física del profesor y la responsabilidad de asistir a las clases programadas pueden motivarte y ayudarte a una disciplina regular de práctica.
Aprender música de forma online
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Flexibilidad de horarios: El aprendizaje en línea te permite establecer tus propios horarios de estudio y adaptar las lecciones a tu disponibilidad. Puedes acceder a recursos y clases en cualquier momento y lugar, lo que puede ser mejorado si tienes una agenda ocupada.
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Variedad de recursos: En línea, tiene acceso a una amplia gama de recursos, como tutoriales en video, partituras digitales, aplicaciones interactivas y comunidades en línea. Esto te brinda la oportunidad de explorar diferentes métodos de aprendizaje y acceder a un conjunto diverso de materiales educativos.
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Costos potencialmente más bajos: En algunos casos, el aprendizaje en línea puede resultar menos costoso que las clases presenciales. No hay necesidad de trasladarse físicamente a un lugar específico, lo que puede ahorrar gastos de transporte y tiempo.
En última instancia, la elección depende de tus preferencias y circunstancias personales. Algunas personas pueden resultar más del aprendizaje presencial y la interacción directa con un profesor, mientras que otras pueden adaptarse mejor al aprendizaje en línea debido a la flexibilidad ya los recursos disponibles. Además, algunos métodos de aprendizaje combinan lo mejor de ambos enfoques, como clases presenciales complementadas con recursos en línea.
Kristina Kryzanovskaya, profesora de piano, defiende que los alumnos que dan clase con ella de forma virtual aprenden de la misma forma que los que lo hacen de forma presencial. Quizás no al mismo ritmo, pero todos acaban aprendiendo a tocar el piano, ¡incluso en la distancia!
Como consejo personal
Si es posible, puedes considerar probar ambos enfoques para evaluar cuál se adapta mejor a tus necesidades y objetivos musicales. Recuerda que lo más importante es tener un enfoque constante y dedicado al aprendizaje de la música, independientemente de la modalidad que elijas.
Tenemos necesidades de aprendizaje distintas, y esto es innegable: lo que me sirve a mí, no tiene por qué servirte a ti. Que a mí se me dé bien estudiar el piano de forma online, no quiere decir que a ti te vaya a valer el mismo método. No debes sentirte frustrado su pruebas clases online y ves que no es lo tuyo, que prefieres presencial. Yo, por ejemplo, soy de las que necesita las clases presenciales, porque, si no, no me entero.
Busca tu método perfecto… y síguelo hasta el final.
¡Suerte!