Te pongo en situación: llega el veranito (o el invierno, según te pillen las vacaciones, claro) y decides pasar un tiempo fuera de casa con tu familia o amigos, dos o tres meses, quién sabe. Mientras aprovechas tu merecido descanso visitando un nuevo país, viviendo en otro lugar o aventurándote a hacer turismo de mochila de aquí para allá, tu casa actual se queda solita, no como tus pensamientos que estarán bien acompañados con esa magnífica imaginación que hace que creemos situaciones en las que una barbaridad de ladrones entra en tu casa y la dejan destrozada y vacía.
Por ello, en lugar de estar buscando un puñado de dispositivos de seguridad para protegerla de delincuentes como cámaras o sensores con avisos a tu móvil en cualquier momento, la opción que pensamos que es más inteligente es la de alquilar tu casa durante ese periodo de tiempo.
Ventajas de alquilar tu casa.
Alquilar tu casa durante las vacaciones puede tener varias ventajas:
- Ganancias extra: al alquilar tu casa durante las vacaciones, puedes generar ingresos extra que pueden ayudarte a cubrir gastos, como el pago de la hipoteca, servicios públicos u otros gastos relacionados con la vivienda.
- Utilización eficiente de recursos: si no planeas usar tu casa durante las vacaciones, alquilarla permite que otros la disfruten mientras tú obtienes beneficios económicos a cambio.
- Se evitan averías por desuso: cuando dejamos de usar algún electrodoméstico o, simplemente, dejamos de abrir y cerrar alguna puerta con regularidad, suele dejar de funcionar con normalidad o sufrir averías. Al tener inquilinos en casa, estos usarán tanto los electrodomésticos como el mobiliario con regularidad, con lo que evitamos eso. De igual manera, también podemos estar tranquilos con lo que dejemos en la despensa, ya que, al ser consumido o aprovechado por los inquilinos, evitamos que caduque nuestra comida y tener que tirarla.
- Protección de la propiedad: tener inquilinos en tu casa puede ofrecer cierta protección contra robos o daños, ya que la propiedad estará ocupada y vigilada durante tu ausencia.
- Experiencia de hospitalidad: al alquilar tu casa, puedes desarrollar tus habilidades de hospitalidad y gestión de propiedades, lo que puede ser útil si consideras expandirte en el futuro en el ámbito de alquileres vacacionales o alojamientos turísticos.
Pasos para alquilar tu vivienda.
- Preparación de la propiedad: antes de alquilar tu vivienda, es crucial asegurarte de que esté en óptimas condiciones para recibir a los inquilinos. Realiza una inspección exhaustiva para identificar y corregir cualquier problema, desde reparaciones menores hasta problemas estructurales. Asegúrate de que todos los electrodomésticos, sistemas de fontanería, calefacción, aire acondicionado y otros servicios estén en buen funcionamiento. Una vivienda en buen estado aumentará su atractivo para los inquilinos y reducirá la probabilidad de que surjan problemas durante el período de alquiler, lo que puede llevar a ciertas disputas.
- Determinación del precio de alquiler: investiga el precio por metro cuadrado de la zona para determinar un precio de alquiler competitivo y justo. Analiza el valor de propiedades similares en tu zona, considerando factores como la ubicación, el tamaño, las comodidades y el estado de la propiedad. Ten en cuenta que un precio de alquiler excesivamente alto puede ahuyentar a los posibles inquilinos, mientras que uno demasiado bajo puede resultar en una pérdida de ingresos. Encuentra un equilibrio que maximice tus ganancias sin alejar a posibles inquilinos.
- Elaboración de un contrato de arrendamiento: un contrato de arrendamiento bien hecho es fundamental para proteger tus intereses como arrendador y establecer expectativas claras para el inquilino. Debes incluir cláusulas sobre la duración del contrato, el precio del alquiler, la cantidad de fianza, las responsabilidades de mantenimiento y cualquier restricción sobre el uso de la propiedad. Es recomendable que un abogado revise el contrato para asegurarse de que cumpla con la ley y proteja tus derechos como propietario.
- Publicidad y promoción: utiliza una variedad de canales para publicitar tu propiedad y llegar a una audiencia más amplia, como incluir listados en sitios web de alquiler de viviendas, redes sociales o carteles por el barrio. Asegúrate de añadir fotos claras y una descripción detallada de la propiedad en tus anuncios para destacar las características de la vivienda y que llame la atención.
- Selección de inquilinos: al recibir solicitudes de alquiler, realiza un proceso de selección cuidadoso para evaluar a los posibles inquilinos, para lo que puedes usar la comprobación de referencias (en caso de que las hubiera), verificar si existen antecedentes criminales y evaluar la estabilidad económica del solicitante. Busca inquilinos que tengan un historial de pago puntual, buenos antecedentes de alquiler y una situación económica regular para minimizar el riesgo de impagos o daños a la propiedad.
- Firma del contrato de arrendamiento y entrega de llaves: una vez seleccionado un inquilino adecuado, programa una reunión para firmar el contrato de arrendamiento y entregar las llaves de la propiedad. Asegúrate de que tanto tú como el inquilino comprendan y estén de acuerdo con todos los términos del contrato antes de firmarlo. Documenta el estado actual de la propiedad mediante un inventario detallado y realiza fotografías para evitar disputas sobre el estado de la vivienda al final del período de alquiler.
- Gestión del alquiler: durante el período de alquiler, mantén una comunicación abierta con tu inquilino y resuelve cualquier problema o solicitud de mantenimiento cuando sea necesario. Cumple con tus responsabilidades como arrendador enviando a algún conocido para realizar las reparaciones que haga falta, manteniendo la propiedad en condiciones seguras y respetando la privacidad del inquilino. Si prefieres no gestionar el alquiler por tu cuenta, considera contratar a un administrador de propiedades para que se encargue de las tareas administrativas y de mantenimiento en tu nombre.
También pueden gestionarlo por ti.
Si ves que todo esto es mucho jaleo o te pilla mal de tiempo para organizarlo todo, siempre puedes dejarle todas estas tareas a los expertos en gestión de alquiler como inmobiliarias u otras empresas que se dediquen específicamente a esto. Estas son las ventajas que obtienes contratando sus servicios:
- Fijación de precios de alquiler: los expertos en gestión de alquiler pueden ayudar a los propietarios a determinar el precio de alquiler óptimo para tu propiedad, basado en el análisis del mercado local, las características de la propiedad y la demanda de alquiler.
- Publicidad y promoción: se encargan también de comercializar la propiedad de manera efectiva para atraer a posibles inquilinos, creando listados online, publicidad en medios locales, carteles en la propiedad y otros métodos de promoción.
- Selección de inquilinos: llevan a cabo por supuesto un proceso de selección para evaluar a los posibles inquilinos, para lo que revisan las solicitudes, verifican los antecedentes, evalúan la solvencia económica y realizan entrevistas personales.
- Gestión de contratos: redactan y negocian contratos de arrendamiento en nombre del propietario, asegurándose de que todos los términos sean claros y estén en conformidad con la ley.
- Recolección de alquileres: se encargan además de cobrar los alquileres respetando el calendario y gestionar cualquier problema relacionado con los pagos atrasados.
- Mantenimiento y reparaciones: como bien saben los profesionales de KEY & RENT, estos expertos también coordinan y supervisan las reparaciones y el mantenimiento de la propiedad, asegurándose de que esté en buenas condiciones para los inquilinos.
- Resolución de disputas: en caso de conflictos entre propietarios e inquilinos, los expertos en gestión de alquiler actúan como intermediarios y ayudan a resolver las disputas de manera justa y eficaz.